El Socialista

El Socialista es una publicación de Izquierda Socialista

Compartir esta nota en

Escribe:
Pablo Delverde

A 30 años del triunfo en el Mundial 1978

¿Orgullo o vergüenza nacional?

El 25 de junio de 1978, hace 30 años, en el estadio Monumental, sede de River Plate, colmado por más de 70 mil personas, Argentina salió campeón del Mundial de Fútbol, una pasión de multitudes. Y fueron esas mismas multitudes, junto a muchos otros argentinos que por primera vez se interesaban por una competencia deportiva, las que esa noche colmaron las calles en las ciudades más importantes del país.

Mario Kempes haciéndole un gol a los holandeses en la final

Mario Kempes haciéndole un gol a los holandeses en la final

El genocida Videla junto a los jugadores

El genocida Videla junto a los jugadores

Portada del periódico del PST en la dictadura

Portada del periódico del PST en la dictadura

Fue un partido vibrante ante Holanda, con tiempo suplementario tras el empate en 1, luego de los 90 minutos iniciales. Esa tarde de invierno, los 2 goles de Mario Kempes y el de Daniel Bertoni, hicieron que por primera vez la selección nacional dirigida por César Luis Menotti ganara la Copa del Mundo.

Las maniobras e ineficiencia de los genocidas

La sangrienta dictadura militar que gobernaba el país desde el 24 de marzo de 1976, montó alrededor de la realización de la Copa Mundo (fijada diez años antes) un megaoperativo con el fin de “limpiar” su imagen, tanto en el extranjero como en el país. Una inmensa maquinaria de propaganda alrededor del evento deportivo buscaba ocultar el plan sistemático de represión centrado en la vanguardia obrera, estudiantil y popular; los centros clandestinos de detención, los desaparecidos, la apropiación de los bebés dados a luz por las detenidas y una larga lista de violaciones a los más básicos derechos humanos que sucedían en nuestro país. Intentaba también ocultar el creciente malestar existente con las devastadoras consecuencias de los planes económicos aplicados por el ministro Martínez de Hoz, al servicio ya entonces de los dictados del FMI y las grandes multinacionales. En radio, televisión y a través de la prensa escrita, el régimen militar bombardeaba con slogans mentirosos: «Los argentinos somos derechos y humanos», «Argentina país de paz» o «Argentina trabaja y avanza”.

Para montar ese fraude que pretendía mostrar una imagen de país unido y próspero, mientras se cometían los crímenes más atroces y el pueblo se sumía en la pobreza, algunos de los más importantes medios de comunicación jugaron un rol de complicidad absoluta. Basta recordar al relator más popular, José María Muñoz, y su campaña contra que se tiren papelitos en los estadios para mostrar una imagen pulcra de país. O a Editorial Atlántida y una supuesta carta del capitán holandés a su hija donde le decía que de los fusiles de los militares argentinos salían flores, que con el tiempo se supo que era apócrifa.

La organización del Mundial por parte de la dictadura fue una muestra de ineficiencia y corrupción. Hubo un gasto cercano a los 700 millones de dólares, en épocas en que las cifras que se movían en torno al fútbol eran mucho menores a las actuales. El Tesorero de la AFA de entonces era el mismísimo Julio Grondona, quien en 1979 sería premiado con la Presidencia de la Federación, cargo que 30 años después sigue ocupando, al mejor estilo de lo que hubieran deseado cualquiera de los militares del Proceso. Incluso en el plano estrictamente deportivo quedó un manto de sospecha sobre la goleada de Argentina sobre Perú por 6 a 0, en la segunda ronda, por la cual la selección accedió a la final, desplazando al representativo de Brasil. Desde entonces se habla de sobornos, “visitas” de la Junta militar al vestuario peruano y otros cuestionamientos sobre la legitimidad de este triunfo.

Sí, fuimos campeones

Han pasado 30 años de todos estos hechos y hoy el Mundial de Fútbol es rememorado de distintas formas. La dictadura fue derribada por la movilización popular. Gracias a la lucha de más de tres décadas se ha logrado poner presos a muchos genocidas, recuperaron su identidad jóvenes que habían sido apropiados, se repiten anualmente las masivas movilizaciones todos los 24 de marzo. Nadie se atreve a rememorar la conquista deportiva de aquel Mundial separada de las aberraciones que la dictadura intentó tapar con su propaganda.

Pero al mismo tiempo comienzan a deslizarse posiciones que desde un ángulo supuestamente progresista reescriben la historia tergiversándola y, lo que es más grave, licuando las culpas del régimen militar y sus cómplices en el conjunto de la sociedad y sus festejos por el triunfo deportivo.

Para contrarrestar esta equivocada campaña bien vale recordar la actividad del PST (Partido Socialista de los Trabajadores, antecesor de Izquierda Socialista) en aquellos tiempos de feroz represión. En el periódico clandestino Opción (Nº 5, julio de 1978), decía: “Encabezados por los barrios céntricos y de la clase media, salimos todos. ¿Qué nos movió? ¿Qué sentíamos? A esta altura, el fútbol era un pretexto que abrió la brecha por donde el pueblo trabajador expresó sus ganas. Ganas de mejorar y superar las frustraciones… Eran ganas de romper la asfixia económica y represiva. Ganas de que el sueldo alcance para vivir. De poder salir a la calle. Para muchos, ganas de sacar los viejos bombos escondidos. Para todos ganas de gritar, manifestar y que la policía sonría y no desenfunde.” Y continuaba diciendo que “en cambio las autoridades tenían razones distintas. El gobierno que dice no tener plata para viviendas ni hospitales la encontró para levantar estadios... Tenían que mostrarle al FMI, al gobierno norteamericano y a la banca europea que controlan totalmente el país”.

En esa misma edición de Opción, el PST denunciaba las desapariciones y detenciones, y llamaba a “Unirnos para libertar a los presos y secuestrados”, informaba sobre la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, y daba cuenta de la presentación judicial que se había hecho frente a la Corte Suprema de Justicia reclamando, con sus nombres y apellidos, por los 55 militantes del PST que en ese momento estaban desaparecidos.

Han pasado ya 30 años de la primera gran conquista futbolística de nuestro país. Todavía subsisten las polémicas sobre las actitudes tomadas alrededor del Mundial. Algunos aun hoy dicen que “salieron a festejar porque no sabían lo que pasaba”. O no querían saber. Hubo quienes, conociendo el horror, no pudieron ni quisieron salir a festejar. Los respetamos y entendemos. Pero hubo también muchos, muchísimos, que sabían, incluso resistían clandestinamente a la dictadura, y salieron a festejar. Para sentirse vivos, para unirse en un sentimiento de un pueblo castigado que quería ganar en algo. Con la esperanza, también, de que esa marea humana, alguna vez se movilizara y tirara a la dictadura. Tuvimos la satisfacción de verlo hecho realidad en 1982.


El recuerdo de Morresi y de Tamburrini

Como homenaje a los desaparecidos, presos y torturados, queremos reproducir las palabras de dos ex futbolistas que sufrieron muy de cerca la represión de la dictadura (Clarín, 12/5/08). Uno es Claudio Morresi, ex jugador de Huracán y River, y actual Secretario de Deportes, cuyo hermano Norberto ya estaba desaparecido en 1978. Recordando aquellos días, cuenta que igualmente concurrió en varias oportunidades a ver los partidos del Mundial: “Pude separar en ese momento y siempre, lo que era la pasión y el deseo de ver a los mejores jugadores del mundo en mi país, y lo que eran la dictadura y sus métodos”.

El otro es Claudio Tamburrini, ex arquero de Almagro y universitario que fue secuestrado en 1977. Luego de pasar 121 días desaparecido, logró escapar de la Mansión Seré en Morón. Cuenta que vio la final en la televisión y luego salió con la gente a la calle, “...para recuperar confianza y atreverme a dejar mi escondite… No hubo contradicción entre mis sentimientos de hincha y futbolista y los de secuestrado. Confiaba en que la gente iba a poder distinguir entre la fiesta y el festejo futbolístico y el aval político a la dictadura. Y, de hecho, así fue. Sentí unas ganas terribles de estar jugando yo mismo. Y quería, por supuesto, que Argentina ganara. Razoné de la siguiente manera: Si además de estar siendo reprimidos y torturados, vamos a renunciar a festejar los pequeños hechos de alegría que podemos tener en esta situación, entonces, ¿qué nos quedaba?”.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
El Socialista Registro de propiedad intelectual: Nº 596282.
Director: Juan Carlos Giordano. Hipólito Yrigoyen 1115 Capital Federal

- Tel.:(+54) 11-4381-4240