El Socialista

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Escribe:
Pablo Delverde

No al 19%

Por un salario igual a la canasta familiar

La canasta familiar ronda los 3.000, pero los burócratas sindicales, de la mano de las patronales y el gobierno, nos quieren imponer nuevos techos salariales. Digamos no al 19% y exijamos salarios igual a la canasta familiar

Cristina Kirchner y Moyano abrazándose en el acto de los camioneros

Cristina Kirchner y Moyano abrazándose en el acto de los camioneros

Una imagen vale más que mil palabras. Las fotos del acto del pasado martes 4 de marzo en el estadio del club Deportivo Español, organizado por el gremio de camioneros comandado hace 20 años por el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, vuelven a confirmar el pacto que éste mantiene con el gobierno. La presencia de las máximas figuras del gobierno nacional, con el matrimonio Kirchner a la cabeza, junto a ministros, secretarios y gobernadores, son una muestra clara de respaldo al dirigente camionero luego de que éste adelantara más de cuatro meses la firma de su convenio paritario, intentando establecer de hecho un techo del 19,5% a las negociaciones salariales en curso con los demás gremios.

Las palabras de la propia presidenta Cristina Kirchner en dicho acto hablan por sí solas: “…quiero agradecer en nombre de todos los argentinos el esfuerzo que los dirigentes sindicales están haciendo para darle sustentabilidad a un modelo económico social y cultural”.

Pero la devolución de favores por los servicios prestados por Moyano no terminan ahí. El propio ministro De Vido se reunió con varios de los “Gordos” para encolumnarlos detrás del camionero. Hasta enviaron un operador a Punta del Este para entrevistarse con el titular del sindicato de Comercio, Armando Cavalieri, “para garantizar la tregua” (Crítica, 5/3/08).

Este es el verdadero contenido del Pacto Social, que no sólo han entrado los burócratas de la CGT, sino también el gremio más importante de la CTA, CTERA, comandada por otro Hugo, pero de apellido Yasky.

Pero ni la traición de los burócratas sindicales ni las mentirosas cifras difundidas por la intervención kirchnerista en el INDEC, pueden ocultar que gran parte de los trabajadores de nuestro país tienen salarios de pobreza. Según la consultora EQUIS, que asiduamente realiza trabajos para el gobierno, “el 30% de los trabajadores formales privados recibe salarios promedio de $ 750 mensuales”, es decir, que “1,5 millón de trabajadores está por debajo del valor de la línea de pobreza del INDEC”. (Critica, 8/3/08).

Si tomamos los aumentos reales que sufrieron los alimentos, los alquileres, los útiles escolares y el transporte, podemos decir que hoy para vivir dignamente una familia tipo precisa alrededor de 3 mil pesos. Cifra que en el sur del país asciende a casi 4500 pesos, que puede parecer una utopía para millones de trabajadores, pero es la triste realidad. Y seguirá siendo inalcanzable mientras los acuerdos salariales los digiten los burócratas sindicales como Moyano.

La traición de la burocracia sindical no termina en el pacto del 19,5%. El propio Moyano dijo en el acto que en su gremio se percibían buenos salarios. Lo que no dice Moyano es que esto es así porque la patronal camionera de ese sector ha obtenido ganancias fabulosas con el desgüace que significó la privatización de los ferrocarriles. Tampoco dice que cuenta con la venia del gobierno para hacerse fuerte desde su gremio a cambio de que la CGT, con él a la cabeza, mantenga los reclamos aislados, sector por sector, debilitando objetivamente al conjunto de los trabajadores. Y menos dice que, si “ganan bien”, debería tomar alguna medida para que el resto de los trabajadores del país también “ganen bien”.

Para vivir dignamente los trabajadores tenemos que luchar para romper el techo salarial que nos quieren imponer. Los ferroviarios combativos de TBA (ex líneas Sarmiento y Mitre), por ejemplo, están reclamando $500 para las categorías más bajas. De lograrlo, llevarían el sueldo inicial a 3 mil pesos, valor al que asciende la canasta familiar. Un ejemplo a seguir, al igual que otros trabajadores que están peleando por llegar a ese valor.

Los trabajadores debemos dar pelea para romper el techo salarial de los Moyano, Yasky, Cavalieri y compañía. Organizándonos desde cada lugar de trabajo y resolviendo democráticamente la forma de luchar, para superar el acuerdo de estos burócratas sindicales con el gobierno y las patronales y lograr salarios igual a la canasta familiar.


Acto de Moyano: Las patronales pusieron los camiones

Moyano hizo el martes pasado una fuerte demostración de fuerzas. Cerca de 30 o 40 mil personas colmaron el coqueto estadio del Deportivo Español. Para eso fue inestimable “un apoyo secreto pero fundamental de los grandes empresarios vinculados al transporte…permitiendo faltar a sus puestos de trabajo a los empleados que participaron del acto…Incluso varias empresas prestaron los camiones para facilitar la movilización. Otros aportaron dinero para fletar los micros” (Crítica, 5/3/08). Lo que se dice toda una devolución de favores de la patronal, al rol que viene jugando Moyano.

Folleto que está repartiendo por miles Izquierda Socialista reclamando salarios dignos

Folleto que está repartiendo por miles Izquierda Socialista reclamando salarios dignos


Escribe:

José Castillo

Polémica con Moyano

Los aumentos salariales del 75´

Para defender el techo salarial del 19% y argumentar por qué no hay que pedir aumentos superiores, Hugo Moyano dio su versión sobre lo ocurrido en 1975. “Los dirigentes tenemos que tener la responsabilidad de saber hasta donde podemos ir. Porque si no pasa lo mismo que en 1975. Yo recuerdo que Papagno (dirigente de la UOCRA) fue a festejar a Plaza de Mayo porque había logrado un 60% de aumento. Y fue a agradecerle a Isabel. A la semana la UOM firmó por el 110% y después firmó el SMATA algo mucho más alto. Si no tenemos en cuenta esa experiencia para no volver a repetirla entonces no aprendimos nada” (Página 12, 27/02/08). Moyano quiere decir con esto que si pedimos aumentos que equiparen a la inflación, se va a un descontrol.

Lo que no dice el titular de los camioneros es que en aquella “experiencia” ninguno de los jefes de la burocracia de entonces se proponía lograr esos aumentos, que fueron conquistados por la movilización obrera que la desbordó y enfrentó al gobierno de Isabel.

Desde el “Pacto Social” de 1973, los gobiernos peronistas habían congelado precios -que igual siguieron aumentando- y salarios por dos años. En junio del ´75, mientras se negociaban las paritarias, asumió como ministro de Economía Celestino Rodrigo, cercano a López Rega. Sus medidas, que pasaron a la historia como “el Rodrigazo”, fueron una verdadera declaración de guerra contra los trabajadores, y el intento de liquidar los convenios. Los servicios aumentaron entre el 60% y el 150%, y los artículos de la canasta familiar alrededor del 200%. La presión de las bases había obligado a los burócratas a pedir aumentos importantes, como los que recuerda Moyano. Isabel y Rodrigo respondieron suspendiendo las paritarias y fijando un mísero aumento general de salarios del 38%. Y ahí comienza la reacción obrera. Paros en Córdoba y Santa Fe. Ocho mil obreros de la Ford (SMATA) marchan desde Pacheco reclamando aumentos del 100%. También entran en huelga los colectiveros y metalúrgicos de Capital Federal y sur del Gran Buenos Aires. Rodrigo ofrece un aumento del 45%. Pero la clase obrera en su conjunto exige la homologación de los aumentos paritarios (entre el 100 y el 150%).

La CGT fue a “remolque” de la marea obrera. Llama a un paro timorato -de las 10 a las 14 horas- para el 27 de junio. Pero la huelga comienza tres horas antes, con grandes columnas marchando desde el Gran Buenos Aires sobre Plaza de Mayo. Suenan las consignas contra Rodrigo y López Rega. El sábado 28 se reúne el primer plenario de las Coordinadoras Fabriles, que en las zonas Norte, Sur y Oeste del Gran Buenos Aires le empezaban a disputar a los burócratas la conducción real de un sector de la clase obrera. El lunes 30 hay un paro general espontáneo y los obreros marchan hacia la CGT. La CGT recién va a declarar la huelga general para el 7 y 8 de julio. En la noche del 7, el gobierno homologa los convenios y renuncian Rodrigo y López Rega. La victoria es contundente y la impuso la movilización.

Algunas conclusiones: primero, en el ´75, como ahora, a la inflación la generan las patronales y el gobierno, no los aumentos salariales. Y para acortar distancia en la carrera precios-salarios, hay que luchar a brazo partido. Segundo: la burocracia sindical se jugó, ayer como hoy, a la “moderación” y al “pacto” mientras la inflación se comía los salarios de los trabajadores. Por eso fue la rebelión de las bases y la organización de una parte de ellas en nuevas direcciones como las Coordinadoras Fabriles las que garantizaron los aumentos. Esa es la “experiencia” que hay que recordar. Nada que ver con la “versión” de Moyano.


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