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Mercedes Petit

A 25 años de Malvinas

La guerra por las Malvinas detonó una movilización antiimperialista. No se pudo impedir la derrota, pero los militares genocidas pagaron caro su rendición. El pueblo los echó a patadas y cayó la dictadura. La recuperación de las islas sigue pendiente.

Soldados en las Islas Malvinas, 1982

Soldados en las Islas Malvinas, 1982

Desde la clandestinidad y perseguido, el PST (Partido Socialista de los Trabajadores, antecesor de Izquierda Socialista) tuvo una posición clara y firme desde que comenzó la guerra. Sin dar ningún apoyo al gobierno genocida, impulsó la movilización por el triunfo militar ante la flota inglesa. Producida la rendición, participó activamente en la movilización popular que acabó con la dictadura.

Durante los 74 días de la guerra, los dirigentes del PJ y la UCR fueron abanderados de la rendición. Cuando cayó la dictadura, cerraron filas con los genocidas para ocultar ante los ojos del pueblo que se había producido una revolución democrática que arrasó a las fuerzas armadas. Los partidos tradicionales y los militares derrotados pusieron en marcha un operativo de “arrepentimiento”, para hacer buena letra ante los imperialistas yanquis e ingleses. Comenzaba la “desmalvinización”.

Del “carro atmosférico” a los ositos de Menem

El principal abanderado del escarnio a la guerra de Malvinas fue el radical y futuro presidente, Raúl Alfonsín. En febrero de 1983, pisoteando un siglo y medio de reclamos por la soberanía, y los sentimientos de duelo por los caídos en la guerra, declaró en Roma que esa lucha había sido “un carro atmosférico” (cable de ANSA, citado en Solidaridad Socialista Nº12, 10/2/83). A la vergonzosa capitulación a los imperialistas se le fue sumando el abandono a los ex combatientes, que poco después comenzaban a organizarse reclamando pensiones, asistencia medica y reinserción laboral, entre tantos reclamos incumplidos.

A la UCR lo sucedió en el gobierno Carlos Menem del PJ. La desmalvinización adquirió rasgos de grotesco. El canciller argentino Guido Di Tella llegó al colmo del ridículo cuando envió de regalo ositos de peluche Winnie-Pooh a los colonos ingleses habitantes de las islas, pidiendo perdón.

¿Y Kirchner?

El 25 de mayo de 2003 asumió la presidencia Néstor Kirchner, también del PJ. Habían quedado atrás los dos años de gobierno de la Alianza radical-frepasista y el Argentinazo había sacudido una vez más a los partidos tradicionales.

Desde el discurso de asunción Kirchner mostró un estilo propio: denuncias y promesas encendidas y apasionadas, junto con el otorgamiento de algunos reclamos populares muy sentidos, pero sin modificaciones de fondo en la capitulación ante los imperialistas.

Distanciándose sin demasiado esfuerzo del “carro atmosférico” y una “cultura malvinera” y que sostendría “inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía”. Fue un punto más de su doble discurso. Dos meses después viajaba a Londres, a participar de una cumbre de “gobiernos progresistas” con Tony Blair, y prácticamente no se habló de la usurpación de Malvinas. Recientemente, la hija de la Thatcher fue autorizada a visitar los lugares de Argentina que quiso para filmar una película sobre su mamá…

Lo más grave del doble discurso kirchnerista es que los ex combatientes (entre los cuales se han producido más de 300 suicidios) han tenido que acampar durante meses en Plaza de Mayo para arrancarle algunas migajas al gobierno, y mientras las empresas británicas en la Argentina siguen gozando de todos los derechos y beneficios propios de la opresión imperialista.

El 2 de abril Kirchner pronunciará un encendido discurso de su “cultura malvinera” en Ushuaia. Ya han anticipado que su “embestida” será seguir rogando a Gran Bretaña que acepte discutir la soberanía (lo que ya ha sido votado en la ONU desde 1965…). Blair ya le respondió anticipadamente: si él hubiera estado en el lugar de la Thatcher, hace 25 años, hubiese hecho lo mismo que ella.

Como hace 25 años, desde Izquierda Socialista rechazamos la “desmalvinización” de los gobiernos peronistas y radicales, que hoy mantiene Kirchner. Llamamos a no asumir ningún compromiso de no beligerancia hacia los invasores, a romper todos los acuerdos políticos y militares que nos someten al imperialismo (OEA, TIAR, operativos UNITAS), a dejar de pagar la deuda externa, a retirar las tropas argentinas de Haití y a la confiscación inmediata de todas las propiedades de los grandes empresarios ingleses en el país.


Nahuel Moreno, las Malvinas y la caída de la dictadura

Desde su exilio en Bogotá, Nahuel Moreno (fundador y dirigente de nuestra corriente hasta su fallecimiento en 1987) impulsó durante el conflicto las tareas de solidaridad con Argentina en Colombia y el resto del continente. Luego del 14 junio y la capitulación, junto a los compañeros de la dirección nacional del PST, se discutieron los grandes cambios producidos ese año clave en el país. Se definió que se habia iniciado una nueva etapa, que un triunfo democrático revolucionario de las masas había impuesto el fin de la dictadura genocida. Reproducimos algunas definiciones del texto 1982: empieza la revolución.

“[en 1981] aunque el gobierno continúa siendo relativamente sólido, estalla la crisis económica […] y empieza la crisis del gobierno militar. La dictadura pierde el apoyo casi masivo que hasta entonces le había brindado la clase media y se extiende la resistencia obrera y popular. [A partir del 2 de abril] se combina la irrupción del movimiento de masas que apoya la reconquista de las islas con la colosal agudización de la crisis económica e institucional de la dictadura militar. [La crisis revolucionaria y la caída de la dictadura] se inicia con la derrota militar, continúa con la caída de Galtieri y culmina con el gobierno de Bignone, que abre un período de libertades democráticas […], entierra al viejo régimen y hace surgir uno nuevo.”


Así se puede ganar la guerra

Son muchos los que se preguntaron hace 25 años, y se siguen preguntando hoy, si había que sumarse a la lucha militar que hicieron los genocidas por la recuperación de las islas, y si esa guerra se podía ganar. Para aportar al debate sobre esos interrogantes y recordar aquella gesta, reproducimos el artículo que ocupaba las páginas centrales de Palabra Socialista (publicación del PST) Nº39 del 15 de mayo de 1982.

Primero, pegar

Los trabajadores socialistas hemos dicho -y lo ratificamos- que estarnos en el mismo campo militar del gobierno argentino, mientras éste continúe la guerra contra el imperialismo. Este no es nuestro gobierno. No tenemos la menor confianza en él, no le damos ningún apoyo político, ni salimos de garantes de él ante las masas obreras. Pero decimos que mientras siga haciendo la guerra a Gran Bretaña, hay que estar militarmente a su lado en forma incondicional.

[…] el gobierno conduce la guerra como si no quisiera o temiera ganarla. […]

Hay que derrotar militarmente a Gran Bretaña. Todo debe subordinarse a ese objetivo central, apelando a cualquier recurso para lograrlo, sin limitación alguna. Este debe ser el eje, y la negociación debe subordinarse a él.

[…] los socialistas proponemos un conjunto de medidas políticas, económicas e internacionales, y llamamos a la CGT, a los partidos y a todos los argentinos a movilizarse para exigir su aplicación.

Plenas libertades: una necesidad para combatir al imperialismo

[…] Es necesario levantar inmediatamente todas las restricciones y prohibiciones al funcionamiento de los partidos políticos, terminar con las intervenciones de los sindicatos y devolver la CGT a sus legítimos dueños. Hay que liberar a todos los presos políticos y permitir la vuelta de todos los exiliados. Hay que derogar toda la legislación represiva.

El pueblo tiene que reconquistar el derecho a discutir, organizarse y resolver democráticamente sobre todos los problemas de la guerra y de la paz. […]

Que la guerra la paguen los asesinos imperialistas

[…] Argentina sigue pagando puntualmente la deuda externa a los imperialistas. […] es necesario imponer las propuestas hechas por la CGT:

¡No pagar la deuda exterior con Inglaterra!
¡Incautar todas las empresas de propiedad inglesa!

Considerando que EE.UU. está dando apoyo militar abierto a Gran Bretaña y es también responsable de la matanza del Belgrano [N. de E.: Crucero argentino hundido por los ingleses fuera de la zona de exclusión], los socialistas planteamos que hay que aplicarle las mismas medidas. […]

Solidaridad internacional, clave del triunfo

Cuarenta cuadras recorrió en Lima la marcha de 150.000 personas organizadas el 12 de mayo por los partidos Acción Popular, APRA, IU y nuestra organización hermana, el PST peruano, y a la que adhirieron organizaciones sindicales, estudiantiles y campesinas. Este es uno de los tantos ejemplos […] Se trata de impulsar movilizaciones crecientes en todo el mundo, en especial en Gran Bretaña, para ponerles chalecos de fuerza a Reagan y a la Thatcher.

Esto no es imposible. Esto es lo que decidió la derrota del imperialismo yanqui en Vietnam. […]

Que la CGT encabece la unidad de acción antiimperialista

Se han desarrollado miles de acciones solidarias con la lucha de nuestros soldados y de movilización antiimperialista. Seria imposible tan siquiera enumerarlas. Van desde los actos y concentraciones que se han hecho en todas las plazas de la República hasta los millones de donaciones; va desde el boicot de los telepostales, las asambleas de portuarios y la movilización de los judiciales, hasta la lucha que SUPE y el Sindicato del Seguro han asumido contra las invasiones imperialistas en sus respectivas ramas. […] parte de un ejército de cientos de miles de argentinos que bajo el signo de la unidad de acción antiimperialista comenzó a ponerse en marcha desde el 2 de abril. […] Creemos que la dirección de la CGT y de los distintos sindicatos tendrían que comenzar por casa; es decir, por el propio movimiento obrero. Gravemente desmantelado bajo este régimen dictatorial, ahora la nueva situación da una oportunidad extraordinaria para proceder a reorganizarlo rápidamente. Para eso, los dirigentes de la CGT y los sindicatos, estén o no intervenidos, deberían bajar a todas las fábricas, bancos y demás lugares de trabajo para impulsar la organización de cuerpos de delegados y comisiones internas de apoyo a la lucha por las Malvinas. […]


Las Malvinas son argentinas

Desde 1833, hace 174 años, en esta frase se resume el conflicto provocado por la usurpación de una parte del territorio nacional por parte del imperialismo inglés.

Gran Bretaña tuvo una intensa preocupación por los territorios de América del Sur pertenecientes a portugueses y españoles. Hizo dos invasiones fracasadas intentando ocupar Buenos Aires, en 1806 y 1807. La soberanía sobre las islas, que son parte de la plataforma submarina del Mar Argentino, pasó de la corona española a la nueva nación.

Entre 1832 y 1833 expediciones invasoras británicas se apoderaron de las Malvinas. El gobernador y los pobladores argentinos fueron expulsados. Desde entonces se estableció allí un enclave imperialista. Se fue implantando una población colonizadora inglesa, que con el paso de los años fue pretendiendo ser “local”, los kelpers, calificando Gran Bretaña como propio ese territorio argentino situado en el otro extremo del planeta.

La Argentina sistemáticamente denunció la usurpación. Generaciones y generaciones en nuestro país se han educado en la convicción de que “las Malvinas son argentinas”. En 1965 se logró un reconocimiento internacional del reclamo, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas votó que existía un conflicto colonial de soberanía, e instó a Inglaterra a que comenzara a discutir el tema con el gobierno argentino. Con la derrota argentina en la guerra de 1982 se mantuvo la ocupación imperialista.


Voluntarios para la guerra

Enrique Fernández Chacón (Perú

El “Pelado” Matosas y el “Petiso” Páez*****Astiz se rinde ante los piratas

En el Perú hubo expresiones masivas de solidaridad con Argentina contra la flota inglesa. El dirigente del PST (partido integrante de la corriente trotskista que encabezaba Nahuel Moreno) Enrique Fernández Chacón, cuando estalló la guerra de Malvinas, era diputado. El jueves 29 de abril, en el Consulado argentino en Lima, se inscribió como voluntario “para marchar al frente de batalla cuando la República Argentina lo requiera... en estricto cumplimiento del principio de solidaridad internacional” (comunicado de prensa publicado en Buenos Aires por Palabra Socialista, N° 38, 1/5/82). Fernández Chacón señaló entonces: “Tenemos que estar al lado de Argentina y su campo militar agredido por el coloniaje británico y por el retiro inmediato de la flota inglesa de los mares latinoamericanos....” (Idem).

Hoy Fernández Chacón es dirigente nacional de Uníos en Lucha de Perú y dirigente de la Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT-CI). Recientemente ha sido elegido Secretario General del partido Kuska Perú.

El “Pelado” Matosas y el “Petiso” Páez

El “Pelado” Matosas y el “Petiso” Páez

Juan Carlos López Osornio, el “Pelado Matosas”, falleció en julio del año pasado. Estaba por cumplir 72 años y seguía militando con entusiasmo en las filas de nuestro partido. Siendo integrante del PST, mientras participaba de las luchas de los trabajadores del Ingenio Ledesma, en marzo de 1975 cayó preso. Estuvo detenido por más de siete años, uno de los períodos más largos que haya sufrido un dirigente político perseguido. En la cárcel compartió celda con el Petiso Páez, dirigente del Sitrac-Sitram y también del PST, que falleció a los 69 años en setiembre de 2005.

Páez fue detenido a comienzos de 1976. Luego de una vigorosa campaña internacional para reclamar por su vida y su libertad, quedó en libertad vigilada a fines de 1981. En abril de 1982, fue liberado el Pelado Matosas.

La dirección del PST le propuso a Páez y al Pelado que se anotaran como voluntarios para ir a pelear. Ambos aceptaron de inmediato el desafío. Los dos, apenas salidos de las cárceles de la dictadura, demostraban con su ejemplo práctico cómo se apoyaba la lucha del pueblo argentino contra el imperialismo inglés, aunque estuvieran al frente de esa guerra los genocidas que los habían mantenido presos durante años. El Pelado comprendió “que la guerra de Malvinas era una batalla más de la lucha antiimperialista de los pueblos oprimidos mas allá que la condujera una odiada dictadura militar. Y por ello, como revolucionario, había que alinearse en la trinchera de la causa nacional contra el orden imperialista mundial” (El día más hermoso, -Memorias de un perejil perseguido-, por Raúl Arnaldo Corzo, agosto 2006).


Astiz, asesino y cobarde

Astiz se rinde ante los piratas

Astiz se rinde ante los piratas

Alfredo Astiz, famoso personaje de la dictadura por haber sido jefe de operaciones de la ESMA, asesino de Dagmar Hagelin, entregador de Azucena Villaflor, secuestrador y torturador de Alice Domon y Leonie Duquet, también tuvo protagonismo en la Guerra de Malvinas. Fue en abril de 1982 cuando era teniente a cargo de un grupo de soldados denominado “Los Lagartos”, y se rindió sin haber realizado un solo disparo. Su cobardía fue más fuerte que el temor al castigo, ya que el artículo 751 del Código Militar -que obviamente conocía- penaliza con 3 a 5 años de prisión al soldado que “en combate con un enemigo extranjero, se rinde sin haber agotado todas sus municiones o haber perdido al menos 2/3 de los hombres bajo su comando». Simplemente repugnante.


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