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Jose Castillo

Kirchner y las AFJP

Reformas para tapar un robo

El gobierno ha anunciado cambios en el sistema jubilatorio. Pero seguirá vigente la jubilación privada que a través de las AFJP le viene robando a los trabajadores desde hace doce años. Tampoco se reconocerá la movilidad de los haberes. Se impone una reforma integral del sistema.

Portada de nuestro semanario denunciando a las AFJP. Octubre 2003

Portada de nuestro semanario denunciando a las AFJP. Octubre 2003

La jubilación privada fue y es una de las estafas más grandes a los trabajadores. Nuestro partido, cuando se implementó allá por 1994, se opuso mediante una gran campaña. Lamentablemente muchos fueron engañados por la fenomenal campaña lanzada por los bancos, más los mensajes del gobierno de Menem que incitaba a anotarse en un sistema que “le iba a garantizar a todos una jubilación de primer mundo”. Sabemos también que fueron muchos más los trabajadores que nunca “optaron” por una AFJP, sino que fueron anotados a la fuerza por patronales que “arreglaron” directamente con alguna administradora, a cambio de una comisión, inscribir a toda la plantilla de personal. Encima el sistema enviaba directamente a una AFJP a todos los “indecisos”. Miles de trabajadores se enteraban así de que estaban inscriptos en alguna AFJP. Y, claro, una vez ahí no se podía volver al sistema de reparto.

Hoy los números son irrefutables: las AFJP tienen 11,3 millones de afiliados. De ellos, el 80% nunca optó. Sólo entre 2005 y 2006 el 83,1% de los nuevos 641.871 trabajadores del sistema fueron adjudicados a una AFJP por ser considerados “indecisos”.

Las consecuencias

Ya a los dos años de funcionamiento del sistema era fácil comprobar que la capitalización de los fondos daba menos que lo que el mismo trabajador hubiera obtenido simplemente poniendo el mismo dinero a plazo fijo. El motivo era sencillo: entre el 30 y el 50% del aporte nunca se sumaba a la cuenta del afiliado, sino que quedaba en manos de la AFJP en concepto de “comisiones” o “seguros”. Pero no sólo eso. También hicieron infinidad de negociados con los fondos. Hay denuncias de que los directores se compraron bienes particulares con los fondos de los afiliados, poniendo el dinero a jugar en la ruleta financiera y quedándose con la diferencia.

Y, por supuesto, tenemos el calvario de los que tenían que jubilarse. Hoy el sistema tiene sólo 230.000 personas jubiladas. Las que la obtuvieron tardaron entre uno y tres años de trámite en el “eficiente” sistema privado (más del triple de lo que se demora en el sistema de reparto). Mientras tanto, el Estado dejó de recaudar 75.000 millones de pesos/dólares entre 1994 y el 2001. Hoy, devaluación, pérdidas, fugas de capitales y quitas por invertir en bonos de la deuda mediante, el monto acumulado por las AFJP asciende a 30.000 millones de dólares.

Emprolijar un poco para que siga el negocio

Después del 2001 cambió radicalmente la visión de los trabajadores. Ya nadie se traga las supuestas “eficiencias” del sistema privado. Los reclamos de acabar con este robo suenan cada día más fuerte. Por eso, como en tanto otros temas, el gobierno de Kirchner tiene que echar lastre. Y hace algunas pocas modificaciones al sistema para “emprolijarlo”, cambiando las cláusulas más indefendibles.

Ahora, con la nueva reforma, se podrá optar por volver al Estado. Pero no “en cualquier momento”. La opción se podrá hacer cada cinco años y durará sólo 180 días. Es más, los hombres que tienen más de 50 y las mujeres de más de 55 sólo podrán optar por volver al sistema de reparto esta vez, o jubilarse en una AFJP.

Aquellos que se pasen al sistema de reparto no podrán llevarse los fondos de los años anteriores. Estos quedarán en la AFJP correspondiente que, “sin cobrar comisión”, deberá administrarlos. ¿Cuál es el negocio? Obviamente las bicicletas que las administradoras realizarán con esos fondos.

Las “otras”asignaturas pendientes de Kirchner

La jubilación mínima se encuentra sustancialmente por debajo de la canasta de pobreza. El gobierno no cumple con la propia ley jubilatoria de 1993, que garantizaba la movilidad de los haberes siguiendo los aumentos salariales y así sigue debiéndoles más de $40.000 millones a los jubilados, que tuvieron sus haberes congelados por más de diez años.

Hoy, tras el aumento del 13%, la jubilación promedio está en 680 pesos, con 3 millones de jubilados cobrando la mínima de 530 y 650.000 que cobran entre 530 y 1.000 pesos. Sólo 340.000 cobran más de 1.000. Todo esto, mientras el superávit de la ANSES del año 2006 fue de 6.000 millones de pesos. Claro que Kirchner opta por no recomponer las jubilaciones, sino utilizar ese dinero para financiar los vencimientos de deuda externa.

Esta reforma “cosmética” del sistema jubilatorio tiene la bendición de todos: lo apoyan la CGT y la CTA, la UCR, el ARI y el macrismo. Pero sospechosamente también las propias AFJP, que estiman que entran las “altas” y “bajas”, estarán igual. La explicación de esto la dio Carlos Melconian (economista menemista), que sostuvo en una entrevista a La Nación que “la libertad de opción no está mal… En una década latinoamericana como la actual, lo importante es no retroceder en algunas reformas que no se reconocen de derecha o de izquierda, sino que son inexorables. O sea, hay que reconocer la relación de fuerzas”. En síntesis: la reforma de Kirchner en vez de liquidar el sistema de capitalización lo fortalece sacándole las aristas más conflictivas.


Nuestra propuesta

  • Por un sistema jubilatorio estatal único, de reparto solidario, bajo control de los trabajadores y los jubilados.
  • Eliminación de la jubilación privada. Estatización de todo el sistema de las AFJP, no sólo de los fondos de los afiliados, sino también de los activos de las administradoras (generados a partir de comisiones y seguros cobrados a los propios trabajadores). Que los bancos y compañías de seguros que controlan a las administradoras se hagan responsables solidarios por la masa de fondos, trabándoseles un embargo por ese monto.
  • Garantía de un haber jubilatorio mínimo igual a la canasta familiar para todo trabajador que ha terminado su vida activa, independientemente de los años o condiciones de sus aportes.
  • 82% móvil para todos los jubilados.
  • Devolución a los actuales jubilados de los 40.000 millones de pesos que se les adeuda por la movilidad no abonada entre 1994 y hoy.
  • Prohibición de utilizar el actual superávit de la ANSES para financiar el pago de la deuda externa.
  • Acabar con el trabajo en negro, garantizando que efectivamente los descuentos a los trabajadores y los aportes patronales sean depositados.
  • Fuertes sanciones a los empleadores que violan la ley.

Quién es quién en el mundo de las AFJP

Tres AFJP controlan el 56% del negocio: Orígenes (bancos Santander- Río) con 2.338.213 afiliados, Met con 1.690.396 (subsidiaria de la Compañía de Seguros yanqui Met Life, que recientemente compró a Siembre, del Citigroup) y Consolidar (del Banco Bilbao Vizcaya) con 1.613.870. Las tres que le siguen en importancia son Máxima (del Banco HSBC), Arauca Bit (de la obra social privada OSDE) y la AFJP del Banco Nación. Las cinco más chicas son Prorenta (de las compañías de seguros yanquis Phoenix Life Insurance Company, TCW Latin America Private Equity Partners), Previsol (del Banco Credicoop), Futura (del Sindicato de Luz y Fuerza), Profesión + Auge (del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal) y Unidos (Sancor y otras empresas de la provincia de Santa Fe).


Pasarse al Estado ya

La reforma del sistema previsional no resolverá los problemas de los jubilados. Deja muchos temas pendientes por los que tendremos que seguir peleando. Pero en los próximos meses se desatará una feroz campaña por parte de las AFJP, tratando de confundirnos para que no “nos pasemos al Estado”.

¡Cuidado! No tenemos ninguna confianza en qué va a hacer Kirchner con nuestros aportes. Pero hay que saber que: 1.- Desde el ’94 para acá se jubilaron por el sistema de las AFJP 230.000 personas. De ellas, a 60.000 (25%) se “les acabó el fondo privado” y hoy están cobrando la mínima pagada por el Estado. Con esta nueva reforma el Estado ni siquiera garantiza la mínima a los que se quedan en la privada si se les acaba el fondo. 2.- Las mujeres que tienen más de 50 años y los hombres de más de 55 si no se pasan ahora al Estado ya no podrán hacerlo más y quedarán obligados a jubilarse por la AFJP.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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