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Mercedes Petit

A veinte años de su fallecimiento

Recordando a Nahuel Moreno

El 25 de enero de 1987, con apenas 62 años, moría Nahuel Moreno de un repentino ataque al corazón. Una serie de libros sobre los diez principales dirigentes de la izquierda argentina, que está presentando Le Monde Diplomatique, lo define con justicia como la principal figura del trotskismo “criollo”. Moreno fue el fundador y maestro del trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina y otros países latinoamericanos.

Nahuel Moreno en un congreso partidario

Nahuel Moreno en un congreso partidario

El semanario El Periodista publicó en 1986 una de las últimas entrevistas a Moreno (ver recuadro). La nota comenzaba así: “Bastante menos conocido por su verdadero nombre, Hugo Bressano, Nahuel Moreno es el más importante -y veterano- líder de los trotskistas argentinos. Actúa en política desde su primera juventud, allá por los años ’40, y desde entonces fue protagonista de una azarosa militancia que lo ha convertido en una figura legendaria en torno de la cual se tejen historias muchas veces inciertas”. Dando algunas pinceladas sobre su indudable “legendaria figura”, acaba de publicarse una entrevista inédita.

El Tigre de Pobladora (*)

Mezclando anécdotas personales con datos históricos y reflexiones políticas, Nahuel -tigre, en araucano- Moreno va recordando sus primeros pasos en la militancia. Siendo de una familia de clase media que le dio una educación esmerada, aun muy joven, y junto a un puñado de obreros también muy jóvenes, sentó las bases de la inserción del trotskismo entre los trabajadores argentinos.

Su grupo nació en 1943 en una zona fabril de Avellaneda, Villa Pobladora. Dejando atrás la bohemia de las tertulias intelectuales en el Café Tortoni y otros bares del centro porteño, en pocos años lograron que el trotskismo influenciara con sus militantes y dirigentes las principales fábricas de esa importante concentración industrial que entonces existía poco después de cruzar el Riachuelo.

Dice Moreno: “Yo defino a esa etapa como la del ‘trotskismo bárbaro’, porque nos formamos separados de la experiencia internacional, descubriendo las cosas a través de un parto doloroso, donde nos llevaba años y años solucionar problemas políticos o teóricos que ya estaban solucionados. Junto a esto le digo, hemos tenido grandes aciertos por pensar con nuestra cabeza, porque tampoco podemos caer en una falsa modestia. Hemos tenido errores primitivos, ridículos, y también aciertos. Cuando tomamos contacto con grupos del extranjero aprendimos mucho”.

Y refiriéndose al primer acierto, señala que “uno, inmenso, es la acertada caracterización de que el movimiento sindical peronista tenía futuro y que, en dinámica, desplazaría al anarquismo y al comunismo que por entonces eran la dirección del movimiento obrero.”

Uno de los rasgos decisivos de Moreno y su corriente ha sido su obsesión por ser parte de los trabajadores argentinos en sus luchas, avances y retrocesos. Y a partir de que el peronismo se transformó en el gran movimiento patronal apoyado por la clase obrera, defendieron consecuentemente una política de independencia de clase y socialista, sin caer en el oportunismo o el sectarismo, errores simétricos en los que cayeron el comunismo, el Partido Socialista y otras corrientes del trotskismo.

“Corrientes” y la “táctica Moreno”

Comentando aspectos de su larga trayectoria, Moreno se refiere la experiencia de las tomas de fábrica de la década de los ’60. Recuerda que Augusto Timoteo Vandor, el metalúrgico que fuera el principal dirigente de la burocracia de entonces, lo llamó la “táctica Moreno”. Y cuenta cómo surgió.

“Yo dirigía una célula metalúrgica de Camino General Belgrano, cerca de La Plata, donde había una fábrica de unos 500 obreros […] era la Domec, de cocinas, y ahí teníamos una célula de unos doce compañeros. Y prácticamente habíamos captado para el partido a toda la comisión interna de la fábrica, y entre ellos a un obrero muy atrasado políticamente a quien le llamábamos ‘Corrientes’”. Recuerda Moreno que la interna era dirigida por un italiano, llamado Parrino, a quien “Corrientes” adoraba, y que un día fue echado. Su propuesta fue responder haciendo un gran escándalo político contra la burocracia, pero “Corrientes” decía que eso no servía de nada, y a lo largo de la reunión se fue quedando silencioso y enojado

Hacia el final, Moreno vuelve al tema y le pregunta a “Corrientes” qué le parece que habría que hacer. “El lunes yo me voy a la fábrica con mi cuchillo, voy a la oficina del ‘Turco’ - el patrón- y pido hablar con él como miembro de la comisión interna. Cuando me reciba, cierro la puerta del despacho con llave y le digo: si no reincorpora a Parrino lo reviento a puñaladas.” “ […] gracias a ‘Corrientes’ yo tuve una de las acertadas políticas y teóricas más importantes. Yo le dije: discúlpeme compañero ‘Corrientes’, ¿si usted como miembro de la comisión interna da la orden de que pare toda la fábrica cuando llega el patrón, logra armar una huelga?, ‘Sí’, me contesta. Bueno, le digo, entonces qué le parece si en vez de ir solo con su cuchillo, van todos juntos, copan la administración y la fábrica, hacen la huelga adentro de la planta y lo amenazan al ‘Turco’, si quieren, pero todos juntos. ‘Corrientes’ aceptó de inmediato la propuesta. Resultado: fue una de las primeras ocupaciones de fábricas que hubo en la Argentina […] Además fue exitosa porque Parrino fue reincorporado. […] Para nosotros fue un gran acierto político, pero el acierto fue posible por escuchar a la base, en este caso a ‘Corrientes’, y no quedarnos congelados en esquemas previos.”

Valga esta pequeña anécdota como homenaje a nuestro gran dirigente y maestro.

Fue un apasionado por ganar a los trabajadores para la construcción de los partidos revolucionarios que los encabecen en la lucha por gobernar e imponer el socialismo con democracia en cada país y todo el mundo.

* Entrevistas por Raúl Veiga. Ediciones El Socialista, noviembre 2006.


Entrevista de El Periodista en 1986: “No pagar la deuda es revolucionario”

Cuando Moreno murió habían pasado más de tres años del gobierno del radical Alfonsín, que siguió el camino de la dictadura endeudando al país para satisfacer a las multinacionales imperialistas, la gran patronal argentina y el FMI. A medida que el descontento obrero y popular se iba agudizando y se sucedían los paros generales de la CGT (Ubaldini, recientemente fallecido, encabezó trece paros contra Alfonsín), se fue instalando cada vez más la gravedad del endeudamiento externo. Moreno, desde 1982, lo venía definiendo como uno de los principales problemas del proceso revolucionario en el país. A comienzos de 1986 hubo una huelga general que tenía como uno de sus puntos principales el no pago de la deuda.

En la entrevista con El Periodista, Moreno recordó que su partido -por entonces el MAS- desde 1983 “fuimos los locos de la deuda externa, en contra de todos los partidos de izquierda que decían que con este tema no pasaba nada […] Para pagar la deuda externa, la Argentina tiene que endeudarse cada vez más y la situación se hace explosiva. […] Coincidimos con Ubaldini, que ha demostrado tener la virtud de decir frases contundentes, en que el primer paso para resolver la crisis económica es reactivar la economía y para esto es necesario dejar de pagar. No paguemos la deuda, comencemos a producir, terminemos con la evasión de divisas, nacionalicemos la banca y esto permitirá aumentar la producción y luego podremos discutir con criterio nacional si se paga o no se paga. Yo estoy conla posición de que no hay que pagar […] Es una medida revolucionaria y por eso hemos hablado de la segunda independencia”. (Publicación semanal de Ediciones de la Urraca. Año 2, Nº 75, febrero 14 al 20, 1986.)


Regale o regálese un buen libro

“Nahuel Moreno, el trotskismo criollo”, publicado por Le Monde Diplomatique, escrito por Hernán Brienza. Una de las diez biografías de los más importantes dirigentes fundadores de la izquierda argentina.

 

 

 

“El día más hermoso (Memorias de un perejil perseguido)”. Juan Carlos López Osornio, el “Pelado Matosas”, por Raúl Arnaldo Corzo.

 

 

 

 

“Nahuel Moreno, el Tigre de Pobladora”. Ediciones El Socialista. Un apasionante reportaje de Raúl Veiga en el que Moreno expone sus puntos de vista sobre distintos temas y cuenta hechos de su vida personal.

 

 

 

 


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