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Escribe:
Miguel Lamas
Irak, el nuevo Vietnam
Esta vez fue el mismísimo Bush el que comparó a Irak con Vietnam. Dos de cada tres norteamericanos consideran un fracaso la invasión. Los ocupantes de Irak cada vez controlan menos el país.
Un día después del discurso de Bush, en una entrevista por la televisora Al Jazeera, en árabe, el yanqui Alberto Fernández, encargado de la diplomacia norteamericana para Medio Oriente, dijo que los Estados Unidos habían actuado con “arrogancia y estupidez”. Al día siguiente se desdijo, pero ya era tarde… Millones de árabes lo vieron por TV. El incidente con Fernández y el discurso de Bush reflejan el desconcierto creciente de los ocupantes. La semana pasada fue el jefe militar de los ingleses en Irak quien dijo que lo mejor era retirarse.
“Más de ochenta soldados estadounidenses han perdido la vida este mes, en lo que constituye la tasa más alta en cerca de dos años” (BBC de Londres). Estas cifras son hasta este lunes 23. Si sigue este ritmo se superará el centenar de invasores muertos en octubre.
Lo que está ocurriendo es que los yanquis cada vez controlan menos el país. Los 140.000 soldados yanquis e ingleses sólo están seguros dentro de sus tanques y metidos en sus bases. En el país hay varios poderes. Regiones o barrios completos están bajo la autoridad de milicias que los yanquis no pueden controlar. Si intentaran ocupar más territorio, la cantidad de bajas yanquis aumentaría muchísimo.
Por eso su política ha sido negociar con fuerzas iraquíes formando un gobierno de coalición presidido por dirigentes de la comunidad chiíta. Junto con esto, la CIA echa leña al fuego a los choques armados entre las distintas milicias, chiítas y sunnitas, con la esperanza de debilitar a la insurgencia haciendo que iraquíes maten iraquíes. Ha habido acusaciones de la resistencia indicando que el terrorismo entre comunidades tiene origen en los ocupantes.
Pero este plan está fracasando. Lograron sí que hubiera grandes enfrentamientos y atentados entre las distintas comunidades. La resistencia no tiene una conducción unificada ni nada que se le parezca. Pero el odio popular a los ocupantes se expresa todos los días y la rebelión que antes era prodominantemente sunnita, ahora abarca todo el país. La manifestación más espectacular fue durante la guerra del Líbano, cuando un millón de personas, convocadas por el clérigo Moqtada al-Sadr, jefe del llamado “ejército Mahadi”, gritaron hasta quedar roncos “muera Estados Unidos, muera Israel”. El ejército Mahadi es una poderosa milicia, de base chiíta, que actúa públicamente, controla barrios de Bagdad y ciudades del sur. El mismo movimiento tiene diputados y hay un ministro, el de Salud, al que se acusa de colaborar con Al Sadr.
El viernes pasado, el ejército Mahadi ocupó la ciudad de Amara, 380 kilómetros al sur de Bagdad. Moaqtada al Sadr intervino personalmente para pedir a sus seguidores que se retiraran. Pero el domingo los milicianos destruyeron tres cuarteles policiales.
El descontrol no es sólo en la calle. ¡Están perdiendo el control de los ministerios! La semana pasada el ministro de Salud, Alí al Shemri, acusó públicamente a soldados norteamericanos de robar el salario de los empleados del ministerio durante un asalto a sus oficinas. Afirmó que los yanquis destrozaron parte del edificio y arrestaron a los guardias iraquíes. Además agregó que “no es la primera vez que ocurre… estas irregularidades ocurren a diario”. El ministro anunció que se realizaría una manifestación de protesta de los trabajadores de Salud exigiendo la libertad de los detenidos y el fin de los asaltos. Los yanquis, por su parte, acusan al ministerio de estar infiltrado por las milicias de la resistencia.
¡Viva la heroica resistencia iraquí! ¡Fuera yanquis de Irak!
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