El Socialista

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Mercedes Petit

17 de octubre de 1945

Los obreros liberaron a Perón

Con una importante movilización sobre la Plaza de Mayo, miles de manifestantes exigieron que fuese puesto en libertad el joven coronel Juan Domingo Perón. Se inauguraba el largo período de influencia del peronismo sobre los trabajadores argentinos.

Obreros en Plaza de Mayo el 17 de octubre

Obreros en Plaza de Mayo el 17 de octubre

El 27 de noviembre de 1943 Perón asumió como secretario de Trabajo y Previsión. De inmediato comenzó a implementar una serie de medidas que fueron mejorando notablemente las condiciones de vida de los trabajadores.

En mayo de 1944 se creó el fuero laboral, dando estabilidad al representante gremial. El 1º de junio se logró el descanso dominical y la garantía horaria (sesenta horas quincenales como mínimo, hubiera o no trabajo) para el gremio de la carne, uno de los más importantes de entonces. El personal administrativo de los ferrocarriles logró el derecho a agremiarse. Dos millones de trabajadores accedieron a la jubilación.

El Estatuto del Peón de Campo provocó la indignación de la oligarquía, ya que fijaba un salario y condiciones de alimentación y vivienda mínimas, indemnización por despido, asistencia médica, descanso dominical y vacaciones pagas.

El país se fue polarizando

Perón y el sector patronal que él representaba (tradicionalmente ligado a Inglaterra) iban ganando creciente apoyo popular. La situación económica muy favorable del país, que era en esos momentos acreedor de Inglaterra y tenía reservas en oro que colmaban los pasillos del Banco Central, permitía al gobierno militar de Farrell-Perón otorgar inmensas conquistas a los trabajadores de la ciudad y el campo.

Mientras tanto, otros sectores patronales se volcaban a una creciente oposición. En junio de 1945 se produjo un paro patronal de parte de la burguesía industrial contra un decreto que establecía una serie de reivindicaciones laborales, como las vacaciones y el aguinaldo, entre otras. Por su parte, el imperialismo yanqui comenzó a presionar cada vez más para alinear a la Argentina en su política de colonización de todo el continente. En julio se instaló como embajador de los EE.UU. Spruille Braden, que empezó a organizar a la oposición antiperonista y alentar manifestaciones. A los oligarcas (como Tomás de Anchorena y Antonio Santamarina) se sumaba gran parte del partido radical, el Partido Socialista y el Partido Comunista, que aún tenía peso entre los trabajadores.

En septiembre se realizó una marcha pidiendo la renuncia de Perón, que en ese momento sumaba el cargo de vicepresidente y ministro de Guerra a su Secretaría de Trabajo y Previsión. Para fines del mismo mes hubo un levantamiento militar en Córdoba.

El 17 de octubre

En octubre la tensión llegó a tal punto que Perón decidió renunciar, pero antes anunció que dejaba a la firma de Farrell un decreto con aumentos y mejoras para los trabajadores. Se produjeron manifestaciones y enfrentamientos en el centro de la Capital, con heridos y detenidos. Perón fue detenido el 12 de octubre. La medida dividió al ejército, y todos los sindicatos más importantes exigieron su inmediata libertad. La conducción de la CGT convocó para el 18 a la huelga general. Pero el día anterior, dirigentes obreros que luego fundarían el Partido Laborista, y fundamentalmente los obreros de la carne de Berisso, encabezados por Cipriano Reyes, se volcaron a las calles y detonaron una movilización que llenó la Plaza de Mayo.

Para el 17 a la noche Perón había sido liberado y junto a Farrell anunciaron que se adelantarían las elecciones nacionales para febrero de 1946.

Nuestra corriente, fundada por Nahuel Moreno en 1944, comenzaba a dar sus primeros pasos cuando se produjeron estos hechos. Luego de un período relativamente sectario, fuimos redondeando una definición del peronismo como un movimiento nacionalista burgués, con fuertes roces con el imperialismo yanqui y con gran apoyo entre los trabajadores. Esto nos llevó a mantener una clara independencia política y organizativa y una posición crítica respecto del peronismo y sus gobiernos, pero a mantenernos íntimamente ligados a los trabajadores peronistas, desde las fábricas, las comisiones internas y los sindicatos, para apoyar e impulsar sus luchas.

Desde ese punto de vista hacemos nuestra evaluación de aquella jornada. El 17 de octubre, tanto la crisis del gobierno y la cúpula militar, como la favorable participación policial, facilitaron esa movilización. Pero lo fundamental fue la decisión de miles de obreros de ganar la calle exigiendo la libertad de Perón, quien había estado desde hacía más de un año y medio impulsando medidas que significaban grandes conquistas. Por primera vez en nuestra historia la clase obrera era protagonista principal de un hecho político nacional. Contradictoriamente, lo hacía en apoyo de un dirigente de la burguesía.

El carácter patronal del peronismo lo fue llevando a entrar en crisis con esa base obrera que le dio su apoyo irrestricto y masivo. Sigue planteado el gran desafío de que los trabajadores avancen en la ruptura definitiva con el peronismo y en la formación de una nueva dirección política y sindical independiente de todo sector patronal.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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