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Escribe:
Miguel Lamas
Brasil: habrá segunda vuelta electoral
Castigo electoral para Lula
Lula no pudo imponerse en la primera vuelta. Ganó, pero no logró superar el 50% y habrá segunda vuelta. Por otra parte, perdió en San Pablo y en toda la región más industrializada del sur del país. Hubo polarización y voto castigo capitalizado por el neoliberal Geraldo Alckmin.
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Lula en uno de los costos afiches electorales |
Las elecciones brasileñas tuvieron un resultado relativamente sorpresivo. Hubo un vuelco del electorado que impidió que Lula ganara en la primera vuelta. Sacó el 48,6%, y también perdió diputados. Este vuelco benefició en primer lugar a Geraldo Alckmin, el candidato de la derecha, que contó con enormes recursos mediáticos y económicos.
También hubo un notable cambio de composición del voto. Lula ganó en los estados más pobres del norte, pero perdió en las grandes ciudades industriales que fueron el baluarte obrero del PT histórico. La explicación es que el gobierno de Lula no solucionó prácticamente ninguno de los problemas de los trabajadores, salario, empleo, vivienda, tierras. Lo único que hizo fue un plan de ayuda social miserable de 50 reales (23 dólares) mensuales por familia, para los más pobres. De esta forma logró mantener su caudal electoral, aunque perdió a una parte importante de la clase trabajadora. Un sector significativo de ella apoyó la candidatura de Heloisa Helena (ver nota).
El Manifiesto del Frente de Izquierda calculó en 238 mil millones de dólares lo que pagó el gobierno de Lula en concepto de intereses de la deuda a los banqueros. En cambio, el total de la ayuda social no llegó a los 2.500 millones de dólares (el real vale un poco más que el peso). Por otra parte, mantuvo los pilares del plan neoliberal, comenzando por las privatizaciones. Y profundizó el neoliberalismo con reformas como en Previsión Social. Esta reforma fue el punto de ruptura de los diputados que formaron el PSOL y dio origen a huelgas de trabajadores estatales. La corrupción desenfrenada fue la consecuencia lógica de esta entrega total a los intereses imperialistas y oligárquicos.
Estos fueron los hechos que llevaron a millones de trabajadores a dejar de votar al PT, el partido que construyeron durante 20 años. Además, el sector mayoritario que sí lo siguió votando, lo hizo en forma mucho más pasiva, sin entusiasmo. Por eso, esta campaña fue de casi nula participación popular. En todas las elecciones anteriores, el PT se había caracterizado por un intenso activismo de decenas de miles de trabajadores que apoyaban a lo que consideraban su partido. Esta vez tuvo mucho dinero para la campaña, aportado por los oligarcas y banqueros, mucha televisión, y nada de activismo popular.
Muy probablemente Lula ganará en la segunda vuelta. Pero, en su nuevo mandato, va a tener que enfrentar un creciente descontento, y luchas obreras y populares, contra su política económica y social.
La candidatura del PSOL y el Frente de Izquierda
6.500.000 votos para Heloisa Helena
Heloisa Helena, la candidata del Frente de Izquierda (PSOL, PSTU, PCB), obtuvo 6.500.000 votos, casi el 7%, enfrentando la gran polarización entre Lula y Alckmin. Este porcentaje nacional trepó al 17% en Río de Janeiro (1.500.000 votos), el porcentaje más alto del país.
Un sector importante de la clase trabajadora, la intelectualidad y los estudiantes, vieron en Heloisa Helena una alternativa contra Lula y Alckmin. Así el PSOL, fundado por Helena, Baba y Luciana Genro, los diputados que rompieron con el PT y Lula por sus medidas neoliberales de gobierno, se afirmó como alternativa nacional.
Este notable resultado de la elección presidencial no se expresó de igual forma en los votos a diputados. En Brasil, ambas elecciones (legislativa y presidencial), están totalmente separadas y se requiere una enorme inversión en televisión o un gran aparato electoral, para que la base popular se entere de cómo votar a una corriente política en todos sus cargos y lograr así una votación masiva también a diputados. Esto perjudicó al PSOL que, sin embargo, logró tres diputados: Luciana Genro, por Porto Alegre; Chico Alemcar, por Río de Janeiro; e Ivan Valente, por San Pablo, pero no los que podría haber logrado de haber tenido en diputados los votos de Heloisa Helena.
Baba quedó segundo en votación en la lista del PSOL-Frente de Izquierda en Río de Janeiro, pero esto no alcanzó para ser electo diputado. Baba, dirigente de la CST, Corriente Socialista de los Trabajadores, perteneciente a la UIT-CI y corriente interna del PSOL, es originario y fue diputado por el PT en el estado norteño de Pará. Se trasladó a Río de Janeiro para impulsar la construcción del PSOL en ese estado, uno de los tres más importantes, y con una fuerte izquierda sindical. En este sentido, Baba y la CST contribuyeron en mucho al gran resultado logrado por el PSOL-Frente de Izquierda en Río, aunque no le haya alcanzado para salir electo él.
Ayer, después de conocerse el resultado electoral, Heloísa Helena dijo hoy que no apoyará a ninguno de los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta. Dijo que ‘Sería romper 12 años de historia y confrontación política con el proyecto neoliberal del PSDB y contra la mafia partidaria en que se convirtió el gobierno Lula”, afirmando que no existen diferencias de propuestas entre los dos candidatos (www.argenpress.com).
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