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Escribe:
Julián Sorel
Sigue la inflación
Todos los meses hay una excusa nueva con respecto a la inflación. Se argumentan problemas estacionales, épocas de turismo, sequías y demás. Lo cierto es que los productos de primera necesidad siguen aumentando. Antes fue la carne, que aún hoy, pese al festejado anuncio de que se habría abaratado 0,6%, continúa a más de dos pesos arriba de lo que había establecido el convenio de cortes populares. Ahora el ranking es encabezado por frutas y verduras, que tienen como “diva” a la berenjena, con una suba del 29,3%, seguida por el tomate, con 12,3%, y los productos de indumentaria que subieron 8,2 por ciento (informe del INDEC, 4/5/06). Estos aumentos, junto con muchos otros del sector frutihortícola, esparcimiento, alquileres, entre otros, arrojaron un índice inflacionario en abril del 1%, el cual duplica la inflación del mismo mes del año pasado. Encima, Miceli salió a celebrar la diferencia del índice inflacionario entre abril y marzo (-0.2%), y su conformidad con la inflación del mes pasado, explicando que un 45% de ese índice corresponde a los rubros indumentaria, afectada por el cambio de temporada, y esparcimiento, dada por la Semana Santa. Sin embargo, no hizo mención alguna respecto a que ese 1% de inflación significa que hay en el país más de 100 mil nuevos pobres.
La mentira de los controles de precios
A partir de la suba de la carne de 3,4% en marzo, el gobierno “se puso duro” con los sectores ganaderos y convino la reducción de precios en doce cortes populares. Hoy salen alegres a decir que los acuerdos han tenido efectos importantes porque la carne habría bajado 0,6 por ciento. El cinismo del gobierno es increíble, pues aún con esta baja la carne sigue siendo un bien de lujo para los sectores populares. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, anunció que se realizarán nuevos controles. Uno que ya se habría concretado es el que afecta a la indumentaria, control que, como el de la carne, recién se va a llevar a cabo después de producidos los aumentos.
Además, hay que tener en cuenta lo ridículo de las nuevas medidas de la Secretaría de Comercio, ya que plantea que los empresarios deberán avisar con una anticipación de tres semanas sus intenciones de aumento, previa entrega de informes sobre el incremento en insumos y sólo si este organismo lo autoriza se implementarían. Pero los controles que ejerce el Estado sobre algunos sectores es nulo, como por ejemplo el petrolero: todo lo que sabe el Estado sobre los movimientos se debe a informes que envía la multinacional desde su casa central. Es decir, que Repsol podría tranquilamente dibujar cualquier tipo de incrementos y conseguir de esta manera los aumentos que quisiese.
Basta de versos, una salida real
La gestión Kirchner viene dando muchas muestras de su falta de voluntad para combatir la inflación.
Esto es producto de que las intenciones del gobierno no pasan por “cuidar los bolsillos populares”, como dice, sino los intereses patronales, por lo cual su política de medias tintas con los controles de precios no solucionan absolutamente nada. Desde el MST-El Socialista consideramos que la única medida capaz de frenar la inflación es la aplicación de la Ley de Abastecimiento, a través de la cual el Estado puede fijar precios máximos en todos los rubros y multar, incautar producciones y hasta expropiar a aquellos que no la cumplan.
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