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Socialista es una publicación de Izquierda Socialista
Escribe:
Mercedes Petit
2 de abril de 1982
Se recuperaban las Malvinas
La guerra duró 74 días. El heroísmo de la mayor parte de los combatientes y la movilización popular antiimperialista en su apoyo, pusieron a Inglaterra al borde de la derrota. Galtieri y demás genocidas capitularon ante el imperialismo. El pueblo no los perdonó y cayó la dictadura.
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Soldados argentinos en Malvinas |
Desde 1832 Inglaterra ocupó una parte del territorio nacional, las Islas Malvinas, y lo transformó en un enclave imperialista. Generaciones y generaciones se fueron educando con un lema contundente: Las Malvinas son argentinas.
La dictadura ya estaba muy en crisis cuando, en diciembre de 1981, renunció Viola y lo reemplazó Galtieri. Buscando fortalecerse, sorpresivamente los militares ocuparon las Malvinas el 2 de abril de 1982. Suponían que los Estados Unidos los premiarían con su apoyo, se abrirían negociaciones, Inglaterra, de favor, les devolvería el enclave y seguirían gobernando por décadas. Todo ocurrió al revés de este delirio (alcohólico en el caso de Galtieri).
“Levadura, levadura, apoyamos las Malvinas pero no la dictadura”
Esa consigna se cantó por primera vez en una movilización a Plaza de Mayo convocada el 16 de mayo por la CGT. Unas semanas atrás, el 30 de marzo, otra movilización de la CGT, con decenas de miles de obreros, había sido violentamente reprimida con gases, palos y disparos de Itaka. Hubo más de 2.000 detenidos y varios heridos de bala. Se cantaba “se va a acabar, la dictadura militar”. La represión fogoneó la bronca y las ganas de salir a la calle.
Iniciada la recuperación de las islas, ya nada pudo detener las movilizaciones. El sábado 10 de abril hubo una manifestación de más de 150.000 personas. La multitud repudió la presencia del enviado del presidente yanqui Ronald Reagan, Alexander Haig. Silbó a Galtieri cuando se refirió a esas gestiones, y lo aplaudió cuando anunció que se haría una defensa total de la soberanía en Malvinas.
El PST (partido antecesor del MSTEl Socialista, que ya había tenido casi cien asesinados y desaparecidos), llamó a la movilización antiimperialista y a sumarse a la lucha militar contra los ingleses hasta derrotarlos, sin dar apoyo ninguno a la dictadura. Dos de sus presos más conocidos, que habían recuperado poco antes la libertad, se anotaron como voluntarios para ir a combatir: José Francisco Páez, el “Petiso”, y Juan Carlos “Pelado Matosas” López Osornio.
Los genocidas se rinden, radicales y peronistas “desmalvinizan”
Años después, distintas fuentes de los altos mandos británicos reconocieron que, de no haber sido por la capitulación (anticipada por su desastrosa actuación durante el conflicto mismo) de las cúpulas de las fuerzas armadas, casi seguro perdían la guerra. Como lo expresa un ex conscripto que estuvo en el combate en la película Iluminados por el fuego (que vale la pena verla): “Fuimos derrotados por la improvisación, el sadismo y la traición de los genocidas que dirigían”.
Los políticos del radicalismo y el peronismo también pusieron su pasividad para ayudar a los invasores. El Partido Comunista (aunque no jugó ningún papel) los acompañó, llamando a “defender la paz” mientras atacaba Inglaterra. La CGT, que en un principio movilizó y exigió que la dictadura dejara de pagarle la deuda externa a los ingleses y a incautar sus propiedades, también fue entrando en la capitulación. Todos ellos apoyaron la gestión del Papa Juan Pablo II, que viajó a bendecir la rendición. El PST llamó públicamente, a diferencia de PO, a no concurrir a los actos que hizo el Papa.
El 15 de junio, cuando se anunció la rendición y se convocó a la Plaza de Mayo a escuchar a Galtieri, las lágrimas y la rabia se fueron transformando en batalla campal. Hubo disturbios hasta la noche, cuando finalmente renunció Galtieri y se disolvió la Junta Militar (ver recuadro).
La UCR y el PJ, regresados al gobierno desde 1983, se dedicaron con todo a la “desmalvinización”: buena letra con los ingleses y fundamentalmente con el amo yanqui. Esa gesta heroica en la que muchos argentinos dieron su vida fue calificada como “carro atmosférico” por Alfonsín. Funcionarios de Menem se arrastraron ante Inglaterra. Los veteranos de guerra quedaron en el abandono y el olvido. Los suicidios (unos 350) ya son más numerosos que las bajas en las islas (326, además de las 323 víctimas del hundimiento del Belgrano fuera de la zona de exclusión). Por su parte, Kirchner hasta ahora lo único que hizo fue dar un miserable aumento de pensiones y … un censo de ex combatientes.
La recuperación de las Malvinas es otra asignatura pendiente, junto con la impunidad de ayer y de hoy y la entrega al imperialismo.
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