¡Fuera el FMI!

Mar212018
(Tiempo estimado: 3 - 6 minutos)

fuera el FMIEl FMI volvió al país con la visita formal de su presidenta Christine Lagarde. Se reunió con Macri y el equipo económico y los cubrió de elogios: “Los dos primeros años del gobierno de Macri han sido asombrosos […] Han hecho tanto en lo que se ha llamado gradualismo, que no lo encuentro gradualista para nada, porque creo que el gobierno ha ido a fondo con las reformas”. Más claro, echarle agua.


El FMI, campeón de las políticas de ajuste en todo el mundo, está de acuerdo en “el ajuste ideal” del gobierno. Lo mismo afirmó el subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, David Malpass, presente en el país para la reunión de ministros de Finanzas del G20: “Estoy muy conforme por ver que a la Argentina le está yendo mejor y vemos que hay una oportunidad para mejorar”.
Se han lanzado elogios también desde el Banco Mundial.“Estoy entusiasmado de visitar Argentina en este momento crucial de transformación económica”, dijo su titular, Jim Yong Kim. Y para coronar estos mensajes pro-ajuste están las declaraciones del jefe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Ángel Gurría, otro de las organizaciones imperialistas presente en estos días en el país: “En Argentina se están haciendo reformas muy importantes y valerosas […] Felicidades por el esfuerzo de Argentina” (Página12, 20/03), mientras a renglón seguido reclamó que el gobierno ponga en marcha un proceso de flexibilización laboral. No le alcanzan los despidos, el robo salarial y los convenios a la baja que Macri acordó con la burocracia sindical, sino que pide ¡más esclavitud laboral!
Está claro: como reafirman todos los voceros del establishment imperialista, “la vuelta al mundo” que pregona Macri está al servicio de redoblar el ajuste, bajar los salarios y quitar conquistas laborales para las ganancias directas de multinacionales y grandes empresarios.

Algún simpatizante del kirchnerismo podría decir, ante la vuelta del FMI, que “esto no pasaba con Cristina”. Falso. El peronismo K le pagó de contado toda la deuda externa al FMI en 2006, una deuda ilegítima y fraudulenta que venía de la dictadura. Néstor y Cristina Kirchner -lo mismo que hizo Lula en Brasil- le pagaron de contado a ese organismo usurero diciendo que de esa manera nos íbamos a olvidar de él por varias generaciones. Intentaron hacer creer que nos estábamos “liberando” y que de esa manera las multinacionales, los banqueros y el imperialismo no iban a seguir teniendo injerencia en las decisiones económicas del país. La realidad demostró lo contrario porque Argentina no rompió con el FMI y los organismos internacionales saqueadores. Posteriormente, el kirchnerismo también le pagó de contado al Club de París y terminó abonando 200.000 millones de dólares de deuda externa en sus doce años de gobierno. Mientras tanto, el país siguió siendo una semicolonia del imperialismo. Nunca nos “liberamos”. Precisamente porque esa plata debería haber ido a trabajo, salud, educación, a un plan de obras públicas y a financiar la recuperación del patrimonio nacional vía la reestatización de las privatizadas. Es decir, al servicio de enfrentar la dependencia estructural de Argentina que lleva décadas. Ahora con Macri y antes con el kirchnerismo, la Argentina sigue siendo un país dependiente, terreno para el saqueo de la Barrick y Chevron. El país donde se fugan capitales y se sigue contrayendo una deuda que después harán pagar al pueblo trabajador con más planes de ajuste. Eso es lo que pasa en Argentina hoy, pasó en todos estos años y pasa en los países del mundo donde lo que se ve son despidos, desigualdad social suba de la edad jubilatoria, y más flexibilización y precarización laboral, mientras una minoría se hace cada vez más rica.
Cuando el FMI, Macri y los CEOs de Cambiemos hablan de “crecimiento”, “competitividad” o “modernizar las relaciones laborales”, hay que agarrarse los bolsillos. Están queriendo decir que van por más despidos, robo salarial y entrega del país. Estos organismos internacionales califican de decisiones “valientes” el robo de 100.000 millones de pesos a los jubilados. También piden más “valentía” a Macri para que de la mano de los gobernadores y la traidora CGT avance con “la reforma laboral” que fue postergada por la lucha popular de diciembre pasado.
Llamamos a los trabajadores y demás sectores populares a repudiar los mensajes antiobreros del FMI, el Banco Mundial y la OCDE, que están al servicio de más ajuste y saqueo laboral. Mientras ellos se la pasan alabando las bondades de Macri, la inflación acumula 4,2% en el primer bimestre; la burocracia firma paritarias por el 15% y en cuotas cuando la inflación superará el 20%; hubo 5.600 despidos y suspensiones en febrero, y sigue la lista. También continúa el saqueo vía el brutal endeudamiento récord comandado por Macri, que ya suma más de 135.000 millones de dólares.
A 42 años del golpe genocida de 1976 volvemos a enfrentar a los mismos enemigos de la clase trabajadora que entonces. Al imperialismo y sus planes de saqueo y endeudamiento, y a los gobiernos patronales que, sean del color que fueran y más allá de su doble discurso, gobiernan para los de arriba. La izquierda levanta otra salida.
Decimos: ¡Fuera el FMI! ¡Abajo el ajuste de Macri y los gobernadores! Llamamos a la más amplia unidad para enfrentar los despidos y el robo salarial que deja correr la CGT. A los que se dicen opositores, como el moyanismo y las CTA le exigimos paro y plan de lucha, como lo hicimos en la marcha del 21F, sin que desde el palco se propusiera medida alguna. Y luchamos por otro plan económico alternativo, opuesto al que pactan Macri y el FMI. Para que se deje de pagar la deuda externa. Decimos ¡plata para salario y trabajo, no para los usureros internacionales! Por un frente latinoamericano de países deudores para dejar de pagar. Es decir, medidas de fondo para combatir los graves problemas sociales como proponemos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda en el camino de la construcción de una nueva dirección combativa para el movimiento obrero y una nueva alternativa política al servicio del pueblo trabajador.