Salarios y jubilaciones cada vez pierden más: Crecen la pobreza y la inflación

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CRECEN LA pobreza y la inflacionLa pobreza subió astronómicamente y ya afecta a 14 millones de personas (32%). Uno de cada dos niños es pobre. Al mismo tiempo siguen subiendo los precios de los artículos de primera necesidad y las tarifas. Sueldos y jubilaciones ya no alcanzan ni para llegar a la mitad del mes.

Escribe José Castillo

El jueves pasado se conocieron los datos oficiales de pobreza al cuarto trimestre de 2018. El número “frío” dio 32%, lo que significa 12.950.000 personas en áreas urbanas. Si sumamos la pobreza rural, llegamos a 14 millones que no pueden cubrir una canasta básica para vivir con una mínima dignidad. De ellos, 2.700.000 directamente son indigentes: no alcanzan a tener ingresos ni siquiera para comprar los alimentos diarios.

Esos números por sí mismos son aterradores. Peor aún si vemos que la encuesta dice que uno de cada dos niños es pobre. En el conurbano bonaerense la situación es peor: ahí la pobreza es de 35,9%, alcanzando a 4.356.000 personas.

Por supuesto que hay un debate acerca de cómo se mide la pobreza: a este número se llega tomando aquellos que no alcanzan a un ingreso mínimo. Pero no mide lo que se conoce como “la pobreza multidimensional”, o sea aquellas personas que, más allá de cuánto ganan en un mes, no tienen acceso a una vivienda digna, o no poseen agua corriente o instalaciones sanitarias. Según los datos del Observatorio Social de la Universidad Católica (que sí mide estos parámetros), también un 32% es pobre multidimensional. Claro que estas personas no son exactamente las mismas: puede darse que alguien con un ingreso un poco superior viva en una villa y no sea considerado pobre por el Indec (y sí por la UCA), o, al revés, que alguien que tiene acceso a los servicios básicos reciba un ingreso de miseria (como le pasa a muchísimos jubilados en las grandes ciudades). En concreto, cuando “cruzamos” todos los números, vemos que la pobreza real en la Argentina es muy superior, probablemente entre 35 y 40%.

Lo que sí es un dato incontrastable es que, se mida como se mida, el número de pobres aumentó considerablemente en el último año: los propios datos oficiales reconocen que hay como mínimo 2.650.000 personas que cayeron en esa categoría.

Todo esto es el resultado del ajuste brutal que está llevando adelante el gobierno de Macri, junto con los gobernadores, cumpliendo a rajatabla lo exigido por el FMI. Los valores dados a conocer no hacen otra cosa que certificar lo que venimos diciendo todo el tiempo: el aumento de la desocupación es cosa de todos los días por los cierres de empresas y los despidos; durante el último año y según los números oficiales tuvieron que reconocer que se perdieron 262.400 puestos de trabajo.

Mientras tanto, la inflación sigue pulverizando el bolsillo del trabajador

Terminó marzo.Cuando en un par de semanas se conozca el índice de inflación veremos que rondará el 4%. Que se sumará al 3,8 de febrero y al 2,9 de enero. O sea que el primer trimestre del año ya tenemos una suba de precios por arriba de 10%. Y esto no termina, abril empezó también con fuertes aumentos: la nafta, las prepagas y nuevas listas de precios de alimentos que están llegando a los supermercados prenuncian al menos otro 4%.

Por supuesto que dentro de todo esto tenemos los tarifazos, que no se han detenido: en enero habían subido el agua (17%) y los transportes (colectivos 15,4%, trenes 14,6% y subte 6,9%). Luego, en febrero, siguieron la luz (26%), la medicina prepaga (5%) y otra vez el transporte (colectivos 10%, trenes 10,2% y subte 6,5%). En marzo, otra vez la luz (14%) y nuevamente el transporte (colectivos 9,1%, trenes 8,5% y subte 15,2%). Para abril se vienen la luz (4%), el gas (35%, en cuotas, por lo que toca 10% directamente este mes) y el subte (10,5%). Y la cosa no para ahí: seguirá el agua (27%) en mayo y la luz (4%) en agosto.

¿Queda alguna duda de por qué el salario, que ya había perdido un 17% el año pasado, cada día alcanza para menos? La imagen más patética de que comer se convirtió en un lujo fue la foto de un supermercado que le puso alarma electrónica a las bandejas con cortes de carne.

¡Esto no se aguanta más!

En las oficinas, en los propios supermercados, en los barrios, se comenta con preocupación todo esto. ¿A dónde vamos a parar? ¡El gobierno de Macri, en el mismo momento en que se da a conocer el número de la pobreza,sacaba una resolución del Banco Central que le ampliaba a los banqueros la posibilidad de comprar Leliqs (bonos que rinden más de 65%)!. Ahí está la única prioridad del gobierno: garantizarle las superganancias a los pulpos especuladores y cumplir con las exigencias del FMI.

Mientras peleamos en cada gremio para recuperar en las paritarias de este año lo que perdimos en 2018, tenemos que exigirle a la CGT y las CTA que rompan la tregua y llamen a un paro general y un plan de lucha contra el ajuste. Pero hay una discusión de fondo que se impone. ¿Cómo salimos de esto? Porque desde los distintos espacios del peronismo (el kirchnerismo, Lavagna o el resto del peronismo federal) hablan de “sacar a Macri” y armar otro plan económico, “nacional y popular” o de “redistribución de la riqueza”, pero al mismo tiempo le garantizan al FMI que van a seguir con su plan de ajuste y a los acreedores que cumplirán con los pagos de deuda.

Nosotros, desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda, les decimos a los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los jubilados y los sectores populares de los barrios: no hay ninguna salida si no empezamos por romper con el FMI y suspendemos inmediatamente los pagos de deuda externa. Solo de allí puede salir la plata para garantizar un auténtico programa alternativo, obrero y popular.

 

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