Universidad de Buenos Aires: Volvamos a poner de pie al movimiento estudiantil

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volvamos a poner de pie al movimiento estudiantilEscribe Nahuel Fernández Comisión Directiva Federación Universitaria Argentina (FUA)

El rectorado de la UBA, comandado por peronistas y radicales, dio un paso más hacia la consecución de su objetivo: una federación estudiantil adicta a sus órdenes. En una sesión resguardada por la Policía de la Ciudad, con un operativo represivo que incluyó la detención de un compañero del PO durante treinta horas, las autoridades de la universidad aprobaron una resolución que celebraba el congreso que realizó el 23 de junio la Franja Morada/Nuevo Espacio y que consagró en la presidencia de la federación a los peronistas del MLI de Ingeniería y de la UES de Sociales (que responden a Daniel Filmus). Su siguiente paso sería ir por los locales de la FUBA en las distintas sedes del CBC y el local central de la federación de la calle Uriburu. Tarea para la cual contarán con la colaboración de la burocracia de Apuba (el gremio no docente conducido por el kirchnerista Jorge Anró) y con los fiscales y jueces radicales siempre predispuestos a servir al gobierno.


Recordemos que el radicalismo controla los centros de estudiantes de las facultades de Económicas, Medicina, Odontología y Agronomía; sus firmes aliados, los “socialistas” de Roy Cortina, controlan el de Derecho, y realizaron un acuerdo que incluye prebendas y cargos de todo tipo con las conducciones de Ingeniería (MLI) y Sociales (UES). La izquierda conduce los centros de dos pequeñas facultades, Veterinarias y Farmacia (PO), Filo (FIT), y FADU (en un frente encabezado por comunismo revolucionario). Por su parte, La Mella conduce Exactas, y secunda a Libres del Sur en Psicología. En este contexto es que el bloque de la Franja dirige, gracias a la desmovilización de los últimos años, siete de los trece centros. Envalentonados, intentan ir por la FUBA.
En su convocatoria al congreso tuvieron el traspié de no juntar los 66 delegados requeridos para el quórum y recurrieron a truchar dos de ellos. Es ese empantanamiento el que la Franja buscará atravesar con la complicidad del rectorado y la ayuda de los medios de comunicación adeptos, como Clarín e Infobae.
En ese robo de delegados, el PO y La Mella están centrando su campaña unificada con sectores del kirchnerismo. Ahora plantean desconocer el congreso que hizo la Franja y convocar a uno nuevo después de las elecciones de centros que se realizarán a lo largo del segundo cuatrimestre, para legitimar ahí una coconducción con La Cámpora y Nuevo Encuentro. Así las cosas, probablemente se presenten ante el estudiantado dos federaciones por los próximos meses.
Desde la Juventud de Izquierda Socialista hemos denunciado las maniobras de la Franja, pero sobre todo el contenido político que hay detrás de ellas, que es la búsqueda de una federación cómplice del mayor ajuste que trae el acuerdo con el FMI. Ya esta semana, por ejemplo, la UTN tuvo que sacar una declaración denunciando el recorte de fondos por parte del gobierno y con la alerta de no llegar a fin de año. Los docentes universitarios, que vienen siendo bicicleteados olímpicamente en su paritaria, se proponen impulsar un no inicio de clases para el segundo cuatrimestre, y otros problemas se acumulan, como la resolución 1.254 que aniquiló las áreas de incumbencia de 37 carreras.
En este marco, quieren que la FUBA sea como la Federación Universitaria Argentina conducida por la Franja, que no convoca a reuniones ni organiza ningún tipo de acción contra el ajuste macrista, más allá de sacar, episódicamente, alguna declaración por Facebook.
La gran tarea que tenemos por delante es poder promover entre la base de cada facultad la necesidad de organizarse por las reivindicaciones propias del estudiantado. Miles de jóvenes participan de los pañuelazos por el derecho al aborto, de movilizaciones contra la represión, y son solidarios frente a los despidos en curso como los de Télam. Pero la FUBA y los centros de estudiantes no han logrado constituir un movimiento genuino que se proponga defender realmente, con sus propias manos, la universidad pública.
El cuatrimestre ya está por terminar, pero es muy importante poder instalar la necesidad de organizar con asambleas y tomas de facultades el no inicio de clases. Sin una gran intervención del movimiento estudiantil de la UBA que politice la cursada y logre instalar los reales problemas de la universidad en el centro de la escena, no solo el destino de la FUBA, sino el de la universidad pública en su conjunto, estará condenado a la derrota y al avance del ajuste y la privatización.