Consulta popular en Ecuador: Voto castigo a Rafael Correa

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voto castigo a rafael correaEscribe Mechi Beauvoir

El domingo 4 de febrero se llevó a cabo una consulta popular impulsada por el presidente Lenín Moreno que tenía un objetivo central: eliminar la reelección indefinida y vetar políticamente a Rafael Correa. El resultado no es más que un voto castigo a la “Revolución Ciudadana” de Correa y sus diez años de gobierno de doble discurso. De esta manera Lenín Moreno se despega de Correa y busca fortalecerse para seguir gobernando para los empresarios y las multinacionales.

El pasado domingo 4 de febrero se realizó en Ecuador una consulta popular de siete preguntas impulsada por el presidente Lenín Moreno en acuerdo con la oposición de derecha de Ecuador. Con una participación del 80% del electorado, el resultado dio por ganador al actual mandatario frente al ex presidente. Cerca del 70% de los ecuatorianos repudiaron a Rafael Correa, eliminando la reelección indefinida introducida en 2015 durante su gobierno. Surge así un capítulo más del fracaso de los mal llamados “gobiernos progresistas” en América latina. Asimismo, el gobierno de Lenín Moreno se fortalece para aplicar un plan de ajuste con el lema de un “Nuevo rumbo político”.

Moreno llegó a la presidencia en mayo de 2017 de la mano de Rafael Correa como candidato de Alianza País. Fue vicepresidente durante el primer mandato (2007-2013) y en toda la campaña electoral se mostró como su “sucesor”, en medio de fuertes críticas hacia la década de gobierno de Rafael Correa. Moreno recién ganó la presidencia en segunda vuelta con poco más del 51% de los votos contra el candidato de la oposición de derecha Guillermo Lasso. No bien asumió comenzó a distanciarse del ex mandatario con una política de “diálogo nacional” hacia el conjunto de la oposición política burguesa.

El primer dato que demostró el inicio de esta ruptura fue la supuesta sorpresa de que la deuda externa del país no era de 27.871 millones de dólares, como sostenía Correa, sino de 41.893 millones. Este hecho será señalado como parte de la “mala herencia” del gobierno anterior para justificar un “cambio” y la aplicación de un ajuste en sintonía con lo que está ocurriendo en América latina.

Por otro lado, el gobierno de Lenín Moreno se presentó con un perfil “anticorrupción”, ya que el fin de mandato de Correa estuvo atravesado por fuertes denuncias en este sentido. En este contexto, su vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de prisión por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y perdió su cargo.

Debemos entender el giro de Lenín Moreno en el marco de la debilidad con la que asumió el gobierno sumergido en escándalos de corrupción y críticas hacia el modelo económico antipopular llevado adelante por Correa. Detrás del discurso de la “Revolución Ciudadana” y del “socialismo del siglo XXI” se esconde un modelo económico para las multinacionales y empresarios, el saqueo de los recursos de Ecuador, el mantenimiento de la dolarización y el pago de la deuda externa. El alejamiento de Lenín Moreno respecto de Correa sólo puede ser entendido como un giro oportunista ante el rechazo de sectores de trabajadores, campesinos y movimientos de pueblos originarios a la política antipopular desarrollada durante más de una década.

Al terminar sus diez años de mandato, Correa se fue a vivir con su familia a Bélgica, lo que generó fuertes críticas. Con la consulta popular el ex mandatario volvió al país para hacer campaña por el no y principalmente contra la eliminación de la reelección indefinida. Durante la campaña electoral recibió fuertes críticas y escraches. Su caravana recibió huevos cuando llegó a La Maná y su auto fue escrachado mientras concedía una entrevista en una radio local de Quinindé, quedando lleno de basura el capó, el parabrisas, los espejos, puertas y ventanas.

Por otro lado, el acercamiento de Lenín Moreno a la oposición de derecha se refleja en el apoyo que recibió de estos sectores a la consulta popular. Tanto el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, como el ex candidato presidencial Guillermo Lasso (que encabeza el movimiento CREO y es uno de los hombres más ricos de Ecuador, dueño del Banco de Guayaquil) apoyaron la consulta popular y saludaron el resultado. Uno de los puntos centrales de apoyo de la oposición de derecha a la consulta popular está ligado al anuncio realizado por el gobierno sobre las nuevas medidas económicas. Entre ellas, la consulta establecía la propuesta de eliminación de la Ley de Plusvalía. Esta ley que fue popularizada como un supuesto “límite a la especulación sobre las tierras” establecía algunos impuestos a la ganancia en la construcción (no así al tremendo negocio de la minería, principal fuente de saqueo de los recursos del país). La consulta popular, que demagógicamente introdujo preguntas ligadas a reclamos populares, como el fin de la reelección, contra la corrupción y contra la explotación sexual infantil, incorporó los cambios pedidos por los sectores empresariales y las multinacionales.

El resultado del referéndum es un capítulo más de la crisis de los gobiernos “progresistas” en América latina. Crisis que significó la llegada al poder de los Temer en Brasil o Macri en la Argentina. Mientras tanto, Lenín Moreno ya anunció su plan económico con eje en fortalecer la dolarización, profundizar el programa de austeridad y recorte en el presupuesto, beneficios impositivos sobre la renta a los empresarios, nuevas formas de contratación más flexibilizadas, la renegociación de la deuda externa y el mantenimiento de un modelo económico al servicio de la extracción de los recursos por las multinacionales y de ajuste al pueblo ecuatoriano.

Los trabajadores y los sectores populares de Ecuador deberán seguir su lucha contra este gobierno y sus planes de ajuste y por una nueva alternativa política de los trabajadores y la izquierda.