La Legisladora Laura Marrone (Izquierda Socialista), junto a Myriam Bregman (PTS) y Gabriel Solano (PO) en el Frente de Izquierda, presentaron una declaración en la que denuncian el ajuste en Ciencia y Tecnología, como parte de una política del FMI y los organismos internacionales aplicada por Macri y los gobernadores:

Proyecto de declaración

Rechazamos las declaraciones del Secretario de Ciencia y Tecnología Lino Barañao, quien dijo no conocer con exactitud el porcentaje del PBI que se destina a Ciencia y Tecnología, mientras más de 2100 doctores en ciencias quedaron afuera de ingresar a la carrera de investigador en CONICET.
Denunciamos el ajuste en Ciencia y Tecnología, como parte de una política del FMI y los organismos internacionales aplicada por Macri y los gobernadores, que sólo traerá más atraso y dependencia en el país.

Fundamentos

Uno de los sectores en los que más brutalmente golpea el ajuste del gobierno y el FMI es la ciencia. Un gobierno que había prometido dedicar 1,5 por ciento del PBI a promoverla hoy invierte un 0,256 por ciento. La noticia más espectacular de estos días es que, de cerca de 2500 doctores en ciencias que se postularon para ingresar este año a la carrera del investigador del CONICET (Consejo de Investigaciones en Ciencia y Técnica), sólo ingresaron 450, un 17%. Esto significa que más de 2100 quedaron afuera y sin perspectivas de trabajo, invitando a una nueva fuga de cerebros en el país en el mejor de los casos: muchos científicos ni siquiera pueden salir del país (por diversos: familiares, económicos, arraigo, etc), y terminan destinando su fuerza de trabajo en labores precarias, ajenas a la formación y labor científica.
Pero la baja del presupuesto en ciencias y educación significa algo todavía más grave: el derrumbe de las universidades e instituciones como el Instituto de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA), los centros de investigaciones espaciales y de energía atómica y tantos más.
Todo esto es coherente con una política ordenada por el FMI y aplicada fielmente por Macri y sus socios, los gobernadores y legisladores peronistas, de hacer retroceder a la Argentina a una colonia proveedora de soja, petróleo y minerales. Para ello la ciencia y los científicos son un estorbo, un gasto innecesario.
Las cínicas declaraciones del secretario de Ciencia y Técnica, Lino Barañao, -que también fue ministro en el gobierno de Cristina- afirmando que toda está muy bien en la Argentina y que los científicos que se van al exterior lo hacen para formarse, han sido repudiadas por toda la comunidad educativa y científica, que reclama con justicia su renuncia. La realidad es que los científicos que se van al exterior para continuar su formación se ven obligados a quedarse afuera, porque en su inmensa mayoría hoy no encuentran donde aportar sus conocimientos en su país. Es importante señalar, que el actual ajuste de Macri sobre la Ciencia y Tecnología se basa en un sistema de total precarización laboral a la que son sometidos becarios e investigadores en el país, subsumiéndolos por debajo de la línea de pobreza. Esta precarización no es nueva, sino los gobiernos kirchnerista tienen la responsabilidad de haber negado los derechos laborales a becarios e investigadores, siendo la base sobre la que se asienta el ajuste en curso. 
Desde el Frente de Izquierda llamamos a rechazar el ajuste en Ciencia y Tecnología y apoyar las acciones convocadas por Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) en el Polo Científico en CABA y las que se dispongan a llevar adelante. 
Para terminar con la destrucción de la ciencia, el camino es el mismo que para defender la educación, la salud, el empleo, el salario. Romper ya con el FMI, dejar de pagar la fraudulenta deuda externa, estatizar las principales palancas de la economía y volcar todos esos recursos a un plan obrero alternativo. Y eso exigirá un fuerte impulso a la ciencia para un desarrollo al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.